Como evitar fumar...de nuevo!

No voy a negar que dejar de fumar es algo que requiere de una buena dósis de fuerza de voluntad y un gran deseo de vivir. Es cierto, cuesta dejar el tabaco. Al fin y al cabo, ¿hay algo fácil en la vida? Claro que no!

Cuando dejas el tabaco, independientemente del método que hayas usado -yo personalmente utilice la fuerza de voluntad y un gran deseo de ver a mis hijos crecer-, encontrarás en algunos momentos, en ciertas ocasiones o lugares, con ciertas personas o grupos de ellas, que te vienen irrefrenables deseos de volver a fumar. Al principio serán intensos y con una frecuencia alta, a medida que pasen los dias seguro que esos deseos disminuirán en intensidad, duración y frecuencia. ¡Pero no faltará alguno que te quiera hacer caer nuevamente en este vicio tan perjudicial! ¿Qué hacer en esos momentos? Bueno, si revisas Dejar de Fumar Tabaco encontrarás algunos consejos para mantenerte alejado del tabaco
pero algo que en mi ha funcionado de maravillas, y espero que pueda hacerlo para ti, es responderte una sola pregunta cada vez que tengas ese maldito deseo: ¿Por qué dejé de fumar?

Si, así de simple, pregúntate y comienza a responder con la mano en el corazón y la mirada al futuro, el porqué dejaste de fumar.

¿Fumabas porque era sano y sentías gran energía después de inhalar unas cuantas bocanadas de humo? Por supuesto que no, salvo que seas discipulo del averno, lo más probable es que el humo te haya estado matando lentamente, y poco a poco comenzaste a sentir los efectos en tu salud. Lo dejaste a tiempo, alégrate. Y si tomaste demasiado tiempo en decidir dejar el tabaco y te ha dañado la salud,se optimista, has dado un gran paso hacia tu recuperación y por seguro que mejorará tu salud. No dejes que el tabaco te mate.

¿Fumabas porque hacía a tu familia y tus hijos feliz el verte con un tubo de nicotina en tu boca? Verdad que no. Me imagino que ahora quienes más felices están son tus familiares, especialmente los más cercanos, pero por doble partida: tu estarás sano... y ellos también. Alégrate ahora tu también, no estas dañando a tu familia y todos serán un poquito más felices.

¿Fumabas porque con ello ahorrabas grandes cantidades de dinero? Si, claro, además de arruinarte la salud, te dejabas unos buenos billetes convertidos en humo. Haz la cuenta. Invierte tu dinero en algo productivo, al fin y al cabo cuesta ganarlo para tener que tirarlo en un vicio estúpido que lo vuelve nada.

¿Fumabas porque te permitía acceder a una fuente laboral digna, con futuro y estable? ¿Seguro? Creo que por el contrario, hoy en día son cada vez más requeridas en las fuentes de trabajo mejor cotizadas las personas que no fuman, por muchísimas razones, entre ellas porque prefieren gente sana como trabajadores. La pregunta que a veces define quién accede a un trabajo y quién no, es: ¿fumas? Y cuidado con mentir, el tabaco deja una inconfundible marca de olor (que por cierto es tóxico), el llamado "olor a fumador" que no se va, y no sólo te impregna a ti. Impregna tu hogar, tu vehículo, tu ropa, tus cabellos, a tu familia, tu ambiente de trabajo... sigo?

¿Fumabas porque te hacia atractivo/atractiva? No sabía que un tubo que sale de tu boca cambia radicalmente la fisonomía de tu rostro y deja tus dientes níveos y un aliento a néctar. En serio, que una cosa así no es cierta. Nos la han vendido por años, por todos lados, a toda hora y de todas las formas posibles. Pero lo cierto es que el que fuma, más aún hoy en día, resta a su atractivo y a su personalidad un montón. Dientes amarillentos, casi podridos, un aliento a cenicero y maloliente, tus dedos probablemente también amarillentos, tu piel reseca, tus ojos enrojecidos e inchados, una tosesita recurrente que a lo sumo podrá generarte algo de lástima pero escasa admiración, por seguro.

¿Fumabas porque aunque malo, tu podías controlar ese tubito de muerte llamado cigarrillo y podías alejarte del tabaco cuando quisieras? Verdad que no. Si fumabas como yo, bien sabrás que si hay algo que no puede controlarse es el tabaco. Empiezas fumando poco y ocasionalmente, acabas buscando colillas apagadas en ceniceros o maceteros a las 4 de la madrugada pues no puedes dormir sin fumarte una pitadita más. Eres un ser humano. No te engañes, si permites que este enemigo conviva contigo, lo mejor que puedes lograr al final es un enfisema o un cáncer. No vuelvas a fumar jamás. Punto.

En fin, la lista de razones por las que dejaste de fumar probablemente no acaba con este somero listado, ahí tienes a los que dicen que fumar te permite estar acompañado, que fumar te hace entrar en calor, que fumar te ayuda a pensar, y un largo etcétera de pretextos, pero en el fondo, tu y yo lo sabemos...¡son pretextos! Ni fumar te vuelve más inteligente, ni te hace compañía, ni te brinda abrigo, ni nada. Dejaste de fumar porque no podías pensar con claridad, porque la mejor compañía está con tus seres queridos y si fumas no puedes estar junto a ellos, el tabaco te produce vaso constricción periférica con lo que tu circulación es pésima y mal puedes hacer entrar en calor tus extremidades. Dejaste de fumar porque te estaba haciendo daño y probablemente ya lo habías comenzado a notar.

Mira, aunque nos cueste reconocer que los alcohólicos son enfermos y como tal merecen ser tratados y "curados" de su adicción, los fumadores también son (y lo digo como ex fumador) en un modo similar "enfermos", y no solo en el plano físico, sino también en el plano intelectual. Dejar el tabaco no es sólo una cuestión física, es también una batalla mental, intelectual. Saca el tabaco en tu mente, saca el tabaco lejos de tu vida.

¿Quieres fumarte sólo un cigarrillo? Pregúntate: ¿Porqué dejaste de fumar?